Paradojas: Hoy, Nick Stokes, Tarantino y el programador de Tele5.

¿Por qué lo pasa tan mal el señor Nick “sufro mucho” Stokes, el musculitos del CSI: Las Vegas, en “Grave Danger”, el doble capítulo de la 5ª temporada? Por que por muy hijoputa (perdón, MUY HIJOPUTA) que sea Tarantino, el señor que lo dirije, y se lo haga pasar muy, muy chungo, la solución se la daba ayer una y otra vez “el programador de Tele5.”

Veámoslo: Nick, el CSI más bondadoso de todos, tiene la mala pata de cruzarse con un tío muy malo, muy malo. ¿Y qué hace este tío muy malo con el CSI muy bueno?, pues lo normal.

Enterrarlo en una urna de cristal, sin aire, con una luz que se enciende y se apaga constantemente, un montón de hormiguitas hambrientas y una pistola por si quiere airear la urna o su cerebro…

¿Por qué pones cara de angustia, Nick? ¿Por qué lloriqueas y entras en intermitentes estados de shock? Si cada 10 minutos (cada vez que “el programador de Tele5” decidía que el Sr. Tarantino hubiera debido romper ese ritmo tan trepidante que le estaba imprimiendo al capítulo, interrumpiendo vergonzosamente el episodio con anuncios), aparecías sonriendo dentro de una urna de cristal casi igual que la del capítulo.

Sonreías, sí. Aunque esa urna de cristal fashion, en la que el Sr. Loreal ELVIVE te había encerrado, se iba apretando cada vez más contra tu musculosa figura. Y ya sé porqué sonreías, porque ese bote de champú elvive iba a romper esa urna de cristal azulado, permitiéndote salir para besar a esa chica tan espectacular que te esperaba fuera…

Pero luego, se acababan los anuncios y volvías a sufrir, encerrado esa otra urna de cristal feo, sucio y asfixiante, Mientras Grissom no podía hacer nada por salvarte.

Y después, otra vez feliz y ese bote de champú volvía a salvarte!!!
Porque tú lo vales!


Nick, ¿por qué no se lo comentaste a Tarantino? Quizá hubiera quedado un capítulo más corto, y menos intenso, y menos espectacular…

…Pero seguro que hubiera quedado más serio que ver una y otra vez esas dos imágenes tuyas calcadas: tú dentro de una urna; sonriendo en una, llorando en la otra, pero sabiendo que de la de publicidad podías salir fácilmente, dejando a Tarantino a la altura de un mal guionista de serie televisiva.



Yume.