San Fransokyo está basada en un futuro alternativo donde, después del terremoto de 1906, San Francisco fue reconstruido por inmigrantes japoneses usando técnicas que permitían el movimiento y la flexibilidad en caso de eventos sísmicos. Después de que la ciudad se acabó de reconstruir, se renombró a San Fransokyo debido a ser una ciudad que combinaba la arquitectura Japonesa y la Americana.
(Scott Watanabe)
RELATO CINECARTOGRÁFICO
Hablar de mestizaje en arquitectura es una cuestión compleja y que puede llevar a caer en la trampa de limitarlo a una unidireccionalidad poco acertada. Y en esta ocasión, aunque la idea con la que han optado para enmarcar la historia de Hiro y su robot es buena, acaba resultando algo forzada tanto en concepto como resultado. Que una ciudad sea reconstruida y cambie su skyline y estilo no es solo posible, si no que ha sucedido infinidad de veces. El tiempo, las catástrofes, la propia funcionalidad, el uso, y las modas afectan día a día a los espacios habitados. Si la transformación debe ser drástica por un desastre (natural o no), como lo fue en el Chicago de 1871 después del Gran Incendio, para la reconstrucción se tiene en cuenta lo contemporáneo y, sobre todo, las causas del desastre. La Escuela de Chicago cambió las construcciones de madera por materiales más sólidos, y revolucionó el mundo. Así pues, la idea de la reconstrucción de este San Francisco alternativo con los recursos y modelos japoneses de flexibilidad estructural no es tan descabellada, aunque lo forzado viene cuando además de técnicas antisísmicas, lo que se acaba adaptando es el estilo tradicional japonés arquitectónico. Me explico: San Fransokyo sigue remitiendo a la actual San Francisco, con su bahía, su remedo de Golden Gate, y sus calles empinadas. Y a la vez parece Tokyo, pero no por esas bellas pagodas orientales que coronan los edificios, si no por su proliferación de neones, logos, y anuncios de tipografías kanji. Porque un vistazo a cualquier imagen del Tokyo actual demuestra que en sus propias reconstrucciones se optó por la arquitectura occidental, y casi todo el estilo oriental quedó conservado en sus antiguos y monumentales santuarios, jardines, palacios y castillos, ya de por si de inspiración china. Así que se han tomado dos licencias para diseñar ese lugar increíble en el que habita Hiro. Por un lado es difícil que toda una reconstrucción se encargue a un único grupo demográfico, en este caso, inmigrantes japoneses, y por otro es aún más difícil que éstos utilicen estilos ya abandonados y obsoletos, por muy bellos que resulten, como los tejados en forma de pagodas estilizadas de varios pisos y cuatro aguas del periodo Heian, o los magníficos tenshu fortificados del Sengoku. En todo caso, se sacrifica el realismo por una excelente razón, y es la de dar empaque a un contexto argumental compacto y sin fisuras, en el que la cultura japonesa predomina, pero no de forma invasiva. Lo hace más como un upgrade futurista y amable que como una verdadera conquista. Muy al contrario de cómo se presenta el futuro orientalizado e intrusivo de Blade Runner. Pero eso ocupará un próximo capítulo de en tierras de cine.
FICHA TÉCNICA
Nombre del lugar: San Fransokyo.
Visitante(s): Hiro (Ryan Potter), Baymax (Scott Adsit).
Fecha de la Visita: Futuro alternativo.
Situación: Estados Unidos de América.
Dirigido por: Don Hall y Chris Williams
Director de Fotografía: -
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