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sábado

en tierras de cine (XII): la mirada de la víctima (Crash, 1996)



James Ballard: Katherine, are you all right?
Catherine Ballard: James. I don't know.
James Ballard: Are you Hurt?
Catherine Ballard: I think I'm all right... I think I'm all right.
James Ballard: Maybe the next time, darling. Maybe the next time.


crash

RELATO CINECARTOGRÁFICO
Las dos últimas entregas de en tierras de cine han sido un bastante extrañas. No es que la sección esté sujeta a reglas inquebrantables, pero desde luego los últimos textos han ido por caminos nada planificados. Hace dos semanas, en el recuerdo árido, transité por territorios cinematográficos empapados de nostalgia, pero que seguían siendo lo que estoy tratando de etiquetar como cinecartografía: tratar de reunir y analizar imágenes, datos, semejanzas e inspiraciones alrededor de espacios creados en, para, y desde el cine, o distorsionados por éste, para representar en palabras caminos personales o compartidos, recorridos desde el recuerdo y las sensaciones. En cambio, la semana pasada, en dentro de nuestro laberinto, el territorio desapareció debajo de la descarga pura de sentimiento. El lugar transitado no era ya algo fijado en celuloide, diseñado para ser un escenario concreto de una obra artística. El camino trazado era directamente mi duelo, y la crónica de un contagio. En el fondo trataba sobre un escenario, un laberinto, sí, pero dejado tan en segundo plano que casi había perdido todo su significado pasando a ser algo personal. En mi confuso concepto de todo ello, sigue formando parte de la misma cosa, pero también sé que hice trampas. Así que puestos a hacer trampas, pido disculpas por adelantado porque lo voy a volver a hacer (aunque esta vez sí que estaba previsto).

Trampas. Para empezar, la imagen que abre este texto no es ni siquiera un fotograma de una película. Es directamente una imagen promocional, con todos los personajes posando para la cámara. Cada uno en su papel, pero fuera de la historia. Además, no existe escenario que la enmarque, más que una sobria pared bicolor que no cuesta mucho imaginar formando parte de un garaje o taller mecánico. Hasta ahora lo que monopolizaba este espacio semanal era la arquitectura, y en esta imagen es inexistente. ¿Dónde está el paisaje entonces? En noviembre de 1944, se desencadenó la batalla de Peleliu, donde los soldados norteamericanos se enfrentaron durante dos meses al ejército japonés en esa pequeña isla del Pacífico para capturar una pista de aterrizaje nipona. Imaginen Iwo Jima, pero en pequeña escala. Sólo que la isla de Iwo Jima (espero poder hablar del paisaje de la película de Clint Eastwood en otra ocasión) tenía un enorme valor estratégico y eventualmente motivacional. Peleliu no tenía prácticamente ningún valor, con lo que el balance de la cruentísima batalla, con decenas de miles de muertos, la convierte en ejemplo de fiasco trágico en cualquier manual militar. En todo caso, entre las tropas estadounidenses que desembarcaron en aquel infierno tropical estaba el ilustrador y corresponsal de guerra para la revista LIFE, Thomas C. Lea III. Y ocurrió que una de las imágenes que realizó allí le acabó premiando con gran éxito y popularidad. En That 2,000 Yard Stare, un soldado mira a través de nosotros, inerte, perplejo y sin enfocar a nada en concreto. Con su casco abollado torcido sobre la frente y la batalla ocurriendo a sus espaldas, es el mejor ejemplo de angustia psicológica que se puede encontrar. Tanto, que esa frase, la mirada de las 1000 yardas (parece que se ha rebajado con el tiempo), ha acabado dando nombre popular a un caso clásico de estrés postraumático. ¿Y no es la mirada de James Ballard, Helen Remington, Catherine Ballard, Gabrielle, y Vaughan en esta foto, que, repito, no pertenece al metraje de la película, otro claro ejemplo de somatización de un trauma psíquico? Porque Crash, se supone, va de traumas físicos, y de adicción, y de soledad y de formas malsanas de interrelacionarse. Pero estas miradas trascienden lo físico y son un paisaje desolador en sí mismas, tan perdidas, perplejas e inertes como la de Lea, pero transitables. El soldado de Peleliu nos atraviesa, no hay movimiento. En cambio en todas las miradas del reparto de Crash hay fluidez, direccionalidad. Puede que no haya enfoque ni movimiento en ellas, pero sí se puede trazar una ruta en la que el punto de fuga es el espectador. Nosotros. Esos cinco personajes vacíos, nos apuntan y nos juzgan. ¿Estamos con ellos?¿Les entendemos?¿Les envidiamos? ¿Nos daríamos una vuelta con ellos a toda velocidad por una carretera sinuosa? Sólo hay que mirar sus ojos. Nos están esperando.


FICHA TÉCNICA
Nombre del lugar: Un parking, con toda probabilidad.
Visitante(s): James Ballard (James Spader). Helen Remington (Holly Hunter), Catherine Ballard (Deborah Kara Unger), Gabrielle (Rosanna Arquette), Vaughan (Elias Koteas)
Fecha de la Visita: Finales del siglo XX.
Situación: Estados Unidos de América. Costa Este.
Dirigido por: David Cronenberg.
Director de Fotografía: Peter Suschitzky.
Directora de Arte: Tamara Deverell.
Efectos Especiales: Warren Appleby, Stephan Dupuis, Michael Kavanagh, Dennis Pawlik, Dawn Rivard, Trevor Cripps.
Año: 1996


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