Sitges 2006 (Finale)

Agotado pero feliz retomo la vida diaria de esta página. Si hace poco más de una semana empezaba el Festival de Sitges, ahora, echando la vista atrás, puedo decir que ha sido sin duda alguna el mejor año de todos en los que he estado.

Básicamente porque casi me trasladé a vivir a Sitges aquellos días, y así dejé de preocuparme por las subidas y bajadas a Barcelona, algo importantísimo si quieres aprovechar las sesiones matinales y nocturnas. Y así fue.

Tras muchísimos malabarismos, algún que otro trapicheo y muchas carreras arriba y abajo (a día de hoy aún tengo ampollas en los pies), conseguí ver mucho de lo que quería (unas 30 películas en 6 días) y alguna que otra grata sorpresa.

Estábamos en el Festival de Lynch: se esperaba su presencia y muchas cosas más. La disconformidad con las tres horas del montaje final que surgió del pase de “Inland Empire” en Venecia, acabaron con todo ello, y de lo organizado sólo quedó el cartel (homenaje a los 20 años de “Blue Velvet”) y un maratón de películas (al que no fui capaz de ir…). Pero en cambio sí ha sido el festival con más masificación de películas, imposibles de abarcar tanto por público como por prensa, aunque este último punto tiene tantos beneficios como inconvenientes. Se exhibieron tantas películas que era imposible no encontrar entre ellas joyas como “Princess”, “Tzameti”, “The Host”, “Borat” o la incuestionable “Children of Men”, pero no podía más que maldecirme por no haber conseguido ver otras como "El Laberinto del Fauno", “Requiem”, “Exiled”, “Paprika”, o “Brick”, grandes triunfadoras del certamen (si no en el palmarés, sí entre el público y la crítica no profesional, ya que a partir de hoy, y por varias experiencias "en" y “antes de” el festival, dejo de creer en “los críticos”).

Cómo no, también hubo grandes fracasos y decepciones.
Muy Grandes.
No podré olvidar esa sesión matinal de “The Wicker Man”, horrible historia que no se merecía ningún respeto, tal y como demostraba un parlanchín Jesús Palacios. Cosa que no quería decir que yo no lo mereciera… (por favor, Jesús, guarda tu sapiencia para la Fotogramas, en la sala mantente calladito, majo). Una película tan decepcionante, que hubiera apostado un meñique a que iba a ser la peor del certamen. Pero me equivoqué. Unas horas más tarde, tras veinte minutos de metraje, ya pude comprobar que lo infumable y Luna siempre van de la mano. “Moscow Zero”, la peor película de Sitges 06 con diferencia. Eso sí, gracias a tan desafortunado accidente, pude conocer a gente cojonuda entre los que había uno del equipo técnico de la película. Impagable la nochecita que nos pasamos a costa de sus anécdotas. Repito: Si algún día se estrena semejante bodrio, colgaré en esta misma web todo lo que nos contó…

Impagable fueron también nuestras maratonianas jornadas fuera de las salas. Horas y horas hablando de cine y más cine, comiendo, tomando cafés y copas, entre película y película, durante merecidos descansos, en carreras hacia alguna sala en la otra punta de Sitges, en las colas para ver más películas…

Conversaciones siempre interrumpidas por esos famosos que hacían aparición en el momento menos esperado:

ese esquivo Paul Verhoven que huyó corriendo de mí en cuanto le apunté con mi cámara,

ese Terri Gilliam, que venía a bordo de una de sus espantosas camisas de colorines…

Ese Neil Labute friki chandalero de los de enseñar la raja del culo y pelo churretoso, al más puro nivel mimético con su horrenda película.

En profunda contraposición con su vecino de entrevista en el jardín del Melià Sitges, un Kiyoshi Kurosawa tan pulcro y aséptico como sus acompañantes niponas, poniendo todos cara de circunstancias al verse rodeados por el gentío del bar del hotel.

Más cercanos al público se encontraba el equipo técnico de “The Ungodly”:

Thomas Dunn, durante el estreno en el incómodo Retiro se mostró encantado del recibimiento que le dio el público, aunque no sé si esperaba tantas risas en ese final tan intenso.

Y Wes Bentley (el chico que rodaba bolsas en “American Beauty” y ahora rueda asesinatos) incluso paró a una horda de groupies para que yo pudiera hacerle una foto como dios manda… Así como quedé impresionado al cruzarme por el paseo con Mark Borkowski, el realista psicho de la peli. En uno de esos momentos “¿…era él?”


Por lo demás, ha sido como siempre pero a lo bestia:

Una exposición que supera con creces las de los últimos ¿5?, ¿6 años? Desde la de Aardman no recordaba tanto buen material. En este caso sobre las películas de Guillermo del Toro. Desde trajes, fotos y utensilios de “El Laberinto del Fauno”, muñecos y atrezzo de “El Espinazo del Diablo” pasando por material de “Hellboy” (sin duda las tres mejores obras del mexicano).

También hemos vivido los habituales y recurrentes errores de proyección. Subtítulos que desaparecen, que quedan cortados fuera de pantalla, etc. Lo mejor fue en la sesión de “Homecoming”, que se arregló en directo (eran visibles los menús del proyector, y el proyeccionista iba ajustando con ayuda del público), y finalmente se hizo un rebobinado par empezar el capítulo de Masters of Horror desde el principio (entre risas y aplausos del público, claro)

En definitiva, ha sido muy divertido y muy cansado, pero ha merecido mucho la pena. Si no por el empacho de cine, al menos lo ha sido por la cantidad de gente que he conocido y que ha compartido todas esas horas conmigo.

Debo agradecer por todos esos ratos a Mercè, artífice principal de la mayor de las locuras, y también a MadMax y Marc Jardí por esa tarde/noche en la que les “obligué” a ver “Moscow Zero”. Pero también a la peña de la VideoArena, una panda tan cojonuda y tan extensa que puedes hablar con ellos de cualquier cosa… siempre hay alguno que es experto en el tema. Nuestros repetidos encuentros demostraron que “dios los cría y el viento los amontona”. Siempre tendréis en esta casa un huequecito para calentaros en la chimenea en esos días de frío y lluvia (un saludo Vaugan, ¿ya mejor? ;-)). Y por supuesto a Forfy de Mad World, el tío mas entusiasta y abierto que he conocido en mucho tiempo. Y como no, Dani Lebowski de Un Día de Furia, con el que tengo una deuda pendiente (a ver si me centro y veo tu corto). Queda claro que cuando vayamos para Madrid, lo primero será ver si podemos tener un meeting esta vez en vuestro terreno. ¡Un saludo muy grande! Por otro lado, las prisas me impidieron tener una conversación más calmada con Francisco Calvelo, cabecilla de “Black Maria” con interesantes cortos a sus espaldas, pero desde aquí le agradezco ese ratito, le compadezco por lo de “Moscow Zero” y recuerdo que tiene nuestras puertas abiertas para cualquier tipo de promoción.

Y ya está por este año.
Espero que el que viene sea al menos como este o incluso mejor. En 2007 se celebrará los 25 años de “Blade Runner”, y se espera que se haga un especial en este sentido… Ya se han oído bromas sobre la confirmación prematura de la presencia de Scott (espero que sea algo más fiable que la presencia de Lynch este año, jejejeje).

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