Sitges 2016: día 1 [viernes 7]

Arrancamos un año más las microreseñas del Festival de Sitges. Como es tradición, se hará un repaso exhaustivo de todas las películas que hemos disfrutado agrupadas por día. Y, si alguna lo merece, por la razón que sea, también tendrá reseña propia. Así que empezamos ahora. ¡Buen Cine!.


viernes 7

Inside (Miguel Ángel Vivas, 2016)

Un montón de decisiones desafortunadas para desmarcarse argumentalmente de la original francesa hacen de Inside un horrendo inicio de Festival. La BSO de melodrama y subida de volumen le que quita realismo y crudeza que hizo destacar a su antecesora. Se entiendo como versión light para públicos anglosajones, pero realmente es completamente innecesaria

Proyecto Lázaro (Mateo Gil, 2016)

Demasiado larga, además entreteniéndose demasiado en escenas que no hacen más que remarcar en exceso cosas que ya quedan claras con sus larguísimos monólogos. La idea de profundizar en los temas afectivos de la hipotética resurrección humana es interesante, pero los mencionados problemas pesan demasiado. Se esfuerza, pero sus dos tiempos argumentales, presente / pasado, son demasiado descompensados e interrumpen la historia(s) cuando más interesante está

Train to Busan (Sang-ho Yeon, 2016)

Trepidante y muy entretenida. Parte de la idea de unos infectados al estilo World War Z, con escenas de movimientos de masas que parecen diseñadas por ingenieros de canalizaciones hidráulicas, pero acaba siendo un estudio algo simplista de los horrores de una sociedad tan individualista y competitiva como la coreana. dejando eso de lado, es una película de zombies muy emocionante, sin un momento de respiro desde el inicio, y con algunas escenas con gran poder icónico.

The Lure (Agnieszka Smoczynska, 2016)

Versión tronada y musical del cuento de La Sirenita de Andersen. Estructurada y propulsada a través de videoclips de todos los géneros musicales posibles, y con un argumento esquizoide, ha resultado muy divertida. Muy extraña, pero su forma algo cruel de tratar la lucha feminista la hace muy interesante.

Karaoke Crazies (Sang-chan Kim, 2016)

Esta es una de esas películas que suceden en único espacio, que debería llevarse todo el protagonismo, pero, por el contrario, lo lúgubre de la historia se acaba contagiando a ese karaoke subterráneo en el que cuatro desgraciados comparten su drama entre destellos de ridículo, humor, sexo y mucha sangre. Es una lástima que la trama de demasiados bandazos de tono e intenciones, y no acaba de funcionar del todo. En algunos momentos me recordaba a Save the Green Planet, pero con una temática mucho más terrenal.

Nuestra Amiga la Luna (Velasco Broca, 2016)

(Con la presencia del director)
Como siempre, difícil hablar de una obra de este director. Extraña como sólo un corto de Velasco Broca puede ser, explica varias historias de crecimiento personal, magia, y portales entre dimensiones (y tramas) que se mueven alrededor de el texto gnóstico del Siglo III El Himno de la Perla. Una pequeña joya, difícil y hermosa.

Colossal (Nacho Vigalondo, 2016)

(Con la presencia del director)
Una mujer en EEUU encuentra una curiosa relación entre sus problemas existenciales y sus borracheras nocturnas, con la aparición de un kaiju gigante en corea. Con esta premisa tan descabellada, Vigalondo crea un divertimento bastante blando, que funciona a la perfección mezclando comedia romántica, algo así como un thriller de venganza, y cine de monstruos. Estoy seguro que a mi hija de 5 años le va a encantar, y me encantará verla de nuevo con ella.