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sábado

Sitges 2017 - Sitges Clàssics - Bienvenido Mr. Friedkin: Sorcerer (William Friedkin, 1977)




sorcerer


He visto Sorcerer media docena de veces, y cada una de ellas ha conseguido ser una experiencia intensa y muy gratificante. El ambiente recargado y angustioso que rodea a los protagonistas malditos, me sobrecoge. El clima bochornoso, los secundarios aturdidos y sudorosos, todos marcados por la miseria y en plena huída hacia el infierno, me crispan los nervios y me entristecen. Pero la historia, narrada desde el punto de vista de los peores villanos, con los que no hay más remedio que empatizar porque notas que sienten las misma crispación y tristeza, el mismo aturdimiento, y están tan sobrecogidos como el espectador, es tan intensa que encoge las entrañas.

Pero nada de eso está por encima de la escena en la que el primer camión de la ruta suicida cruza el puente colgante. Una escena intensa hasta el límite de lo soportable. Termina, y crees haber sobrevivido a semejante tensión, pero entonces se repite. Con el segundo camión, y en una situación todavía más extrema.

Acabadas las tomas, con el corazón tan acelerado como el de los cuatro protagonistas, cuesta imaginar cómo se rodó esa escena tan peligrosa. Y no fue hasta la última ocasión en la que vi la película me dispuse a buscar cómo se había llevado a cabo. Lejos de arruinar la magia del cine, la explicación de los sistemas de anclaje, brazos hidráulicos, lluvia artificial y control del cauce del río, no hacen más que disparar mi admiración por la cinta cuando estos sistema de seguridad sirvieron para poco cuando los camiones sufrieron varios accidentes durante el rodaje de la escena y hubo que rescatarlos del agua, cuando las ramas arrastradas por el río hirieron de verdad a los actores, cuando dos diferentes localizaciones naturales que habían elegido para montar el estructura sufrieron una sequía tan sorprendente que los nativos achacaron a una maldición del rodaje. Cuando cambiar la localización para el puente costó tantísimo dinero, que prácticamente arruinó al estudio (e incluso los dos grandes tuvieron que unirse para acabar de financiarla), y por consiguiente casi acabó con la carrera de Friedkin. Porque después, además, la cinta fue un fracaso en taquilla.

ESA es la verdadera magia del Cine, supongo. Un desastre mayúsculo para una de las mejores películas de la historia. Así nacen los mitos.






yume

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